sábado, 7 de marzo de 2015
CEMENTERIO DE VAMPIROS III TESTIMONIOS
Cuando en julio los científicos abrieron unas antiguas tumbas halladas cerca de la carretera en la ciudad de Gliwice, en el sur de Polonia, apareció ante sus ojos una escena "sacada de una película de terror": 17 de los 44 cuerpos enterrados en el cementerio estaban decapitados y les habían colocado los cráneos entre las piernas, en las manos o sobre uno de los hombros.
Este horroroso método de entierro representa un ritual de finales de la época medieval practicado en Europa del Este para enterrar a supuestos vampiros después de ejecutarlos.
"Creemos que los esqueletos pertenecen a personas a las que se acusó de vampirismo y que probablemente fueron ejecutadas a espada por un verdugo especialista"; explica uno de los autores del descubrimiento, Jacek Pierzak, en una entrevista publicada por el portal informativo polaco TVN24.
"Eran personas diferentes a la mayoría: enfermos, jorobados, demasiado altos o demasiado bajos, por ejemplo. Personas inocentes que servían de chivo expiatorio cuando llegaban amenazas como la peste", señaló Pierzak.
"Se trataba de un ritual para evitar que el mal que se atribuía a esas personas volviera a la vida", comenta el arqueólogo.
"La superstición medieval era que el difunto era más vulnerable al vampirismo en los primeros 40 días después de su muerte, cuando su alma se encuentra entre la tierra y el cielo", añadió el experto.
Con anterioridad, el profesor Ocharov había documentado enterramientos de hace 700 años "clavados al suelo con grapas de hierro colocadas atravesando sus extremidades". Y también su equipo localizó en Sozopol, junto al Mar Negro, el enterramiento de un hombre clavado al suelo.
Los últimos descubrimientos suman ya siete vampiros desenterrados en Bulgaria en los últimos dos años. A estos hallazgos se suman otras evidencias procedentes de Polonia, donde se han documentado rituales diferentes para el mismo fin.
En este caso se han documentado cuerpos con la cabeza retirada de su sitio y colocada entre las piernas, o ladrillos colocados en la boca para impedir el uso de las mandíbulas.
Cerca de esta tumba, su equipo encontró los restos de una mujer abrazando a un niño de entre 4 y 5 años de edad, en una representación iconográfica de la Virgen María con el Niño Jesús típica en el cristianismo ortodoxo.
"Esta forma de entierro es una peculiar forma de rezo de la población contra la peste que azotó la región hasta los siglos XVIII-XIX", dijo Ovcharov, que apuntó que se trata de muestra de mezcla entre ritos paganos y cristianismo.
Según Pierzak, las personas que yacen en este misterioso cementerio simplemente eran "distintas a los demás" debido a su aspecto físico, por el que la comunidad los miraba con recelo. "Estas personas fueron víctimas de una emoción normal en los humanos: el miedo a lo desconocido", añadió el científico.
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